
como nunca quise a nadie.
Nos marcharemos los dos, lejos,
a ver hermosos paisajes.
A lugares tan remotos,
donde nunca estuvo nadie.
Y escucharemos el viento,
susurrando entre rosales, lirios,
campanitas blancas,
azucenas a raudales.
Me las pondré sobre el pelo,
cual cinta de madrigales.
Cogeré una nube blanca
de las que van por el aire,
y me haré un vestido
salpicado de estrellas, luceros y corales.
Vente conmigo, amor,
donde nunca estuvo nadie.
.
ALBA
2 comentarios:
Es una belleza de poema, Alba.
Tu marido estaría orgulloso y se fue contigo, toda la vida....
Seguro que ahora también está contigo, pero de otra forma que no sabemos ver, porque nuestro cerebro, dicen, tiene mucho por desarrollar todavía, pero es limitado también....
Un gran abrazo.
Hola,
Precioso poema.Cuando dos personas se aman crean un mundo que les pertenecen solo a ellos.Un mundo que perdura pase lo que pase,y dónde siempre se pueden encontrar.
Un saludo.
Publicar un comentario