El mar es hermoso, incomparable.
¿Por qué no le dejan tranquilo,
en vez de molestarle?
¿Por qué tanta soberbia
de querer saber
lo que ocultan en sus profundidades?
Sólo Dios lo sabe.
Él lo creó todo para recrearnos,
pero los humanos somos inconscientes,
todo destrozamos.
Y llegará un día,
en que Dios,
cansado de tanto ayudarnos,
nos dejará solos
para que muramos.
Siempre Alba
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