Brisa de Gredos es nuestra mentora, es la razón de este blog, y es la autora de todos y cada uno de estos poemas. Quisiera dejarlo claro porque Beni y yo misma, Quimey, no somos más que sus afortunados elegidos para caminar con ella en este camino tan bello que es la poesía de su viva voz desde la Sierra de Gredos. A través de sus versos y desde la belleza del Alba, Brisa de Gredos nos invitará y también a vosotros, venid todos los amigos que queráis, no os arrepentiréis, a este inolvidable paseo a través de de todos los paisajes y estaciones emocionantes, sencillos y repletos de magia que podáis imaginar.

Gracias, Alba, por tan hermosa invitación. Eres una amiga imprescindible en mi vida.



Quimey.



viernes, 28 de mayo de 2010

Vente

Ven que te quiero mi amor,
como nunca quise a nadie.
Nos marcharemos los dos, lejos,
a ver hermosos paisajes.
A lugares tan remotos,
donde nunca estuvo nadie.
Y escucharemos el viento,
susurrando entre rosales, lirios,
campanitas blancas,
azucenas a raudales.
Me las pondré sobre el pelo,
cual cinta de madrigales.
Cogeré una nube blanca
de las que van por el aire,
y me haré un vestido
salpicado de estrellas, luceros y corales.
Vente conmigo, amor,
donde nunca estuvo nadie.
.
ALBA

jueves, 27 de mayo de 2010

Luna de Junio



¿Has visto la luna en junio,
reflejándose en el agua?
¿Has visto el brillo que tiene?
Parece plata su cara,
las estrellas con su brillo
no pueden superarla
y la contemplan celosas,
cómo se mira en el agua.
La luna sigue tranquila,
reflejándose en el agua,
peinando su cabellera
con los guijarros del agua.
La luna ya se ha cansado
de contemplarse en el agua
y se ha posado en el prado
entre margaritas blancas.
Duendecillos de la noche
se acercan a acompañarla,
todos juntos en el prado
para pasar la velada.
¿Has visto la luna en junio
reflejándose en el agua?
¿Has visto el brillo que tiene?
Parece plata su cara.

Siempre Alba

La nieve



Cae la nieve pura,
tan suave y hermosa.
Parece que vuelan
blancas mariposas.
Y los campos yertos,
están esperando
que con su suave manto
los vaya tapando.

Siempre Alba

lunes, 24 de mayo de 2010

Libélula



Libélula azul de alas hermosas,
que en medio del río suave te posas,
en sus tranquilas aguas te dejas mecer.
Si alguien se acerca y te quiere tocar,
levantas tu vuelo y te vas más allá.
Y aunque te persigan una y otra vez,
tú por nadie te dejas coger.

Siempre Alba.

La mariposa


Perseguí a una mariposa,
que entre las jaras estaba,
y al ver sus hermosas alas,
sin pensarlo la toqué.
La mariposa volar ya no podía,
y al ver como se arrastraba,
las lágrimas se me caían.

Siempre Alba.

La rosa


Una rosa yo corté,
Sus espinas me clavé,
y al ver la sangre pensé:
Es la sangre de la rosa
como siendo tan hermosa
he podido ser tan cruel.

Siempre Alba.

Mi tierra


Tengo la inmensa suerte
de haber nacido en un valle,
rodeada de montañas,
de pinos y de olivares,
que todo el que lo visita,
se prende de estos lugares.
Son tan bellos sus paisajes
que puedes pasar las horas
mirando sin que te canses.
Sus arroyos saltarines,
con sus aguas transparentes.
Te puedes quedar dormido
escuchando su corriente.
Si miras a los pinos,
que en sus copas se mecen,
cuando los empuja el viento,
te dan sombra
para que te sientes.
O si quieres echar la siesta
en sus prados verdes
salpicados de amapolas
y margaritas silvestres.
O si miras para el cielo
con ese azul transparente
y sin humos que contaminen
y siempre está transparente.
Por eso todo el que viene,
se prende de este lugar
y no se quiere marchar.

Siempre Alba.

Para mi hermana Victoria


Hermana querida
que estas en el extranjero.
Se pasan los años y no nos vemos.
Pero quiero que tú tengas presente
que tu hermana en España
te querrá siempre.

Siempre Alba

Para mi hermana Ines


Hermana querida,
cuánto yo añoro
los años de nuestra niñez,
que nos peleábamos
una y otra vez,
pero siempre juntas las dos,
compartíamos los mismos amigos.
Aunque hace años
que nos separamos,
en mi pensamiento
juntas estamos.
Yo quisiera el tiempo retroceder
y volver de nuevo a nuestra niñez.
Nada teníamos,
ni nos importaba,
porque estando juntas
eso nos bastaba.
Con todo el cariño de tu hermana, siempre Chon

Para mi hermano Francisco


Pobre hermano mio.
Qué sólo que estás.
Llegas a tu casa
tan triste y tan fria.
No tienes a nadie
que te haga compañía.
Si te pones malo
y con fiebre estás,
ni un vaso de agua
nadie te dará.
Por eso a tu casa
no quieres entrar
Pues sabes que nadie
te sale a esperar.
¿Que dicen que bebes?
¡por algo será!
Quizá para tus penas
poder olvidar.
Y por eso hermano
Te quiero ayudar.
Y en mi casa
Tú siempre puedes estar.

Para mi hermano con todo mi cariño: Chon.

Feli


Feli, mi hermana mayor.
Niñera de mi niñez.
Cuantos años felices
Junto a ti pasé.
Y aunque la vida nos ha separado
nunca de ti me he olvidado

Te quiero mucho hermana. Recuérdalo siempre.
Con mucho cariño para ti: Chon.

Bea


Niña de piel clara
de ojos de querubín
quiérele mucho a mi niño
para quererte yo a ti.
Trátale con mucho cariño
porque él se lo merece
es un hijo muy bueno
quereos los dos siempre

Con todo el cariño de tu madre. Chon.

Nahia


Mi niña chiquita
que lejos de mi tú estas
no puedo verte, cogerte ni besar
pero cuando seas mayor
tu abuela a ti te dirá,
que te ha querido siempre
y siempre te querrá.

Un beso mi niña
de tu abuela con cariño, Chon

Juanjo


Juanjo, mi hijo pequeño,
mi niño chiquitín,
¿Por qué creciste
tan rápido
y te alejaste de mí?
Extendiste tus alas
y dejaste tu nido
dejándome a mí
con el corazón herido.
Me dejaste tan sola
sin tu compañía
que no me acostumbro
a no verte todos los días.
Sé que es ley de vida,
que todos nos vamos,
y que a nuestros padres
solos dejamos.
Pero yo no me puedo acostumbrar
a todos los días
no poderte abrazar
Pero en mi corazón, hijo mío,
siempre estarás.
Estés donde estés,
en mi pensamiento
siempre estarás
y de mi corazón
nadie te quitará.
Mi niño pequeño
siempre serás.

Te quiero mucho, mi niño, recuérdalo siempre.
Tu madre Chon.

Ascen


Mi Hija Pequeña
Diecisiete primaveras tiene,
es esbelta como un junco
y andares graciosos tiene.
Su cara de hermosos rasgos,
parece una flor silvestre
que le cambia la sonrisa,
según el humor que tiene.
Pero, a pesar de todo,
yo la quiero mucho siempre,
porque es mi niña bonita,
mi pequeña flor silvestre.
Ascen mi pequeña flor silvestre
te convertiste en rosa
y cambiaste para siempre.
pero a pesar de todo
tu madre te querrá siempre.

Tu madre Chon.

Javi


Javi, mi segundo hijo,
Mi pequeño principito…
Pues durante años fuiste mi niño pequeñito.
Siempre conmigo.
De mi lado nunca te apartabas.
A todos sitios yo te llevaba.
¿Por qué al crecer
De mi tanto te has alejado?
Yo quiero que sepas
que tu madre nunca te ha olvidado.
Y en mi corazón siempre estarás…
Y mi principito siempre serás.


Te quiero mi niño. Tu madre: Chon.

Beni



Beni, mi hijo mayor.
El más parecido a mí.
Por ser un alma sensible
Que todo le hace sufrir.
Hijo mío, poca suerte
has tenido en esta vida.
Nadie, Beni, reconoce
tu esfuerzo y tu trabajo,
pero quiero que tú sepas
que algún día cambiará tu suerte,
que tu madre te comprende
y te querrá siempre.

Con todo el cariño de tu madre: Chon

A mi hija Kirsa



Kirsa, mi hija mayor,
mi primera muñequita,
con sus hermosas coletas
y su cara pecosita.
Nunca quise que creciera,
igual que Campanita.
Que no me dejara sola
y me dijera “mamita”.
Como cuando era chiquita
y cuando algo la asustaba
y me llamaba “mamita”
yo la abrazaba enseguida
y la decía:
“Duerme,
que está aquí mamita”.
Ella cerraba sus ojos
y me daba su manita.
Ahora sola me ha dejado,
¿por qué creció tan deprisa?
Y aunque sea ley de vida
para mi será
mi primera muñequita.
Con todo el cariño de tu madre
Para mi niña, siempre Chon

A mi madre


Te marchaste,
madre mía,
una tarde,
cuando menos lo esperaba.
Te marchaste,
tanto que yo te necesitaba.
Yo te cogía tu mano
y te decía bajito:
“No me dejes,
no te vayas”.
Pero la muerte traidora
ya te tenía en sus garras.
Un pálido rayo de sol
atravesó la ventana
para posarse en tu cara.
El sol que tanto querías,
el sol que tú tanto amabas.
Te marchaste,
madre mía,
dejándome sola
y con el alma destrozada.
Ascensión Méndez Sánchez.

Tu hija Chon.

Tu voz



Tu voz es suave
como la brisa de la mañana,
que hasta parece
que te acaricia al escucharla.
Tu voz, madre mía,
me llega al alma
y no me canso de escucharla.
Es como un apoyo
que necesito por la mañana
cuando la escucho,
todo se llena de luz y calma.
Tu voz es suave
como el murmullo del agua clara.
Lo que daría todos los días,
por escucharla.
Tu voz, madre mía,
me llega al alma.

Tu hija Chon.

Mi madre



Quiero besar tu cara
que está marchita,
de tantas penas
que has pasado,
madre querida.
Quiero darte las gracias,
por haberme dado la vida,
y como prueba de mi cariño,
yo te escribo esta poesía.
Cuando te miro,
madre querida
y te veo tan viejecita,
con tus hermosos ojos,
tan apagados,
tu tersa frente
llena de arrugas,
tu voz trémula
como una niña,
tu cuerpo encorvado
andando muy despacito
que me pareces un pajarito.
Me apena tanto,
madre querida,
de verte tan viejecita.
Si yo pudiera a tu hermosa cara
devolverte la sonrisa
que me dedicabas
cuando era una niña,
más solo puedo abrazarte
y quererte,
y dedicarte esta poesía.

Tu hija Chon.

domingo, 23 de mayo de 2010

Arrieros



Arrieros de la noche
del día o de la mañana
estáis siempre caminando
no importa el tiempo que haga.
Arriero fue mi padre
Dios sabe cuanto pasaba
cuando bajaba del puerto
andando por la montaña
sintiendo rugir el viento,
la ventisca y la nieve
cayéndole por su cara
y sus ateridos pies
pisando sobre la escarcha.
Cuanto frio pasaría
hasta llegar a su casa.
Cuando se sentaba al fuego
todo el cuerpo le temblaba.
Yo descalzaba sus pies
para que se calentara.
Y el me dicía:
“Hija el frio se me ha metido
hasta el alma”
Cuando se recuperaba
mil historias nos contaba
y yo le escuchaba siempre
quedándome embelesada.
Por eso, esos recuerdos
Están dentro de mi alma.


En memoria de mi padre,
que jamás olvidaré
y le recordaré siempre.
Ascensión Méndez Sánchez.

Tu hija Paloma.

Campesino amigo



Campesino amigo,
qué triste es tu vida.
Siempre trabajando,
se pasan tus días.
En cuanto amanece,
estás preparando arados
y yuntas estás enganchando.
Todo el día arriba y abajo.
Detrás de tu arado,
hasta que tu espalda
te deja encorvado.
Luego con tu azada
y tus propias manos,
cortando la tierra
para poder sembrar.
Ya está anocheciendo
y has terminado,
arrastras tus pies.
Te marchas cansado,
ahora esperas la semilla
que ya está brotando,
pensando si el tiempo,
será bueno o malo,
si vendrá la lluvia,
para poder regarlo,
o si el fuerte sol
te lo irá abrasando
y siempre del tiempo
estás preocupado,
pero el campo
es así ingrato.
No le importa nada
todo tu trabajo
y por eso amigo,
estoy de tu lado.
Yo soy campesina,
me crié en el campo
y a mi padre vi
siempre trabajando
para que comiéramos
todos mis hermanos.
Y aunque él haya muerto
yo sigo añorando
los hermosos años
que juntos pasamos
cuando yo le veía
a él trabajando
y a las mariposas
yo iba cazando.
Y cuando en la siesta
estaba cansado,
se tumbaba un rato
a mí me decía:
“Paloma, acuéstate un rato”
Yo esperaba
a que se durmiera
y mis mariposas
seguía cazando.
Ahora miro atrás.
Los años han pasado.
Él se fue para siempre,
no me he acostumbrado,
a vivir sin él,
le sigo añorando.
Por eso al campo
yo le quiero tanto,
porque en él pasé
mis mejores años.
Cuando estoy en él,
cierro mis ojos
y siento su voz
que me dice:
“Paloma, acuéstate un rato”.


Tu hija Paloma.
Publicado el 13 de abril de 2010