Arrieros de la noche
del día o de la mañana
estáis siempre caminando
no importa el tiempo que haga.
Arriero fue mi padre
Dios sabe cuanto pasaba
cuando bajaba del puerto
andando por la montaña
sintiendo rugir el viento,
la ventisca y la nieve
cayéndole por su cara
y sus ateridos pies
pisando sobre la escarcha.
Cuanto frio pasaría
hasta llegar a su casa.
Cuando se sentaba al fuego
todo el cuerpo le temblaba.
Yo descalzaba sus pies
para que se calentara.
Y el me dicía:
“Hija el frio se me ha metido
hasta el alma”
Cuando se recuperaba
mil historias nos contaba
y yo le escuchaba siempre
quedándome embelesada.
Por eso, esos recuerdos
Están dentro de mi alma.
En memoria de mi padre,
que jamás olvidaré
y le recordaré siempre.
Ascensión Méndez Sánchez.
Tu hija Paloma.
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