Tu voz es suave
como la brisa de la mañana,
que hasta parece
que te acaricia al escucharla.
Tu voz, madre mía,
me llega al alma
y no me canso de escucharla.
Es como un apoyo
que necesito por la mañana
cuando la escucho,
todo se llena de luz y calma.
Tu voz es suave
como el murmullo del agua clara.
Lo que daría todos los días,
por escucharla.
Tu voz, madre mía,
me llega al alma.
ALBA
jueves, 3 de febrero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario