Ya llega el verano,
son largos sus días,
ya llega la siega,
pobres segadores
para coger sus frutos
cuántos sudores.
En cuanto amanece,
ya están trillando
y todo el día
el sol aguantando.
Y cuando anochece
no pueden parar
esperan el viento
para poder limpiar el trigo
que les dará el pan.
Siempre Alba
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