Cuando el soltodo el día
está abrasando
y el calor te ahoga,
ya no puedes más,
de pronto el cielo
se empieza a nublar.
Y el trueno lejano
empieza a sonar,
y los relámpagos a zigzaguear,
la fuerte lluvia a descargar.
Son sólo momentos
y se va dejando en el aire
su olor a tierra mojada
y tranquilidad.
Las gotas de lluvia en hojas
se quedan prendidas.
Parece que lloran
a su despedida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario